Señor Rolando Jiménez,
Luego de la promulgación de “La
ley Zamudio”; después que se vanagloriaron con esta ley, donde el gobierno del
señor Piñera lavo la cara empañada en sangre de la derecha y que Movilh se
mostrara triunfante ante una migaja escrita que no pretendía más que poner
paños húmedos a una situación que lleva años acechándonos y, que además
ocuparan la imagen de Daniel como mártir de la comunidad LGTBI ostentando
mediante celebraciones que la ley que lleva el apellido de Daniel solucionó
nuestros problemas y sería nuestra protección en las calles, trabajos, etcétera;
luego de varias discriminaciones en espacios laborales y educacionales, de varios ataques homo-lesbo-transfóbicos
sufridos por diferentes personas no-heterosexuales donde sus agresores gozan la
impunidad o de penas ridículamente ínfimas ante la magnitud del delito; después
que el pasado 6 de abril falleciera
Wladimir Sepúlveda luego de 6 meses de agonía producto de una golpiza causada por
la homofobia y que el único agresor identificado tenga como pena reclusión
nocturna en su domicilio… ¿Quiere(n) hacer una reforma a una ley que no nos ha
garantizado nada y a la cual han recurrido el señor Ezzati, que se ha
manifestado en contra de las demandas del movimiento, e incluso los mismos
neo-nazis que asesinaron a Daniel? ¿No le(s) fue suficiente ya con este fiasco?
¿Acaso pretende(n) continuar mendigando al gobierno de turno a cambio de calmantes?
¿Hasta cuándo seguirá(n) despolitizando a las masas deseosas de justicia con
festejos de nada? ¿Quiere(n) una reforma Wladimir?
Basta ya de despolitizar un movimiento, de
quitarle su carácter crítico al régimen instaurado, de celebrar que nos metan
el dedo en la boca, de convertir en mártires a las víctimas, de actuar desde el
sensacionalismo que genera una muerte y del oportunismo político al usar su
imagen como bandera de lucha.
No queremos más que un organismo
histórico como el Movilh continúe sin cuestionar el régimen patriarcal y
capitalista que vivimos, que no se piense en nuestras condiciones laborales y
educacionales y sí en el AVP. No señor, queremos un movimiento crítico al
modelo educacional, que dé cuenta de las precariedades que vivimos en los
espacios de trabajo y la negación a este, la deserción escolar de las
personas no-heterosexuales, al rol de la Iglesia en nuestra sociedad
supuestamente laica, de la violencia del
patriarcado que se reproduce incluso en lo que se le denomina diversidad
sexual. Nos debemos un movimiento social crítico, en el cual las bases podamos
formar parte cuestionando las lógicas actuales y a sus dirigencias, no queremos
un movimiento que sirva a nuestros opresores sino uno que les interpele y rompa
con la opresión.
Fer Marikaoz, integrante de ¡A
Quemar el Clóset!
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