domingo, 13 de abril de 2014

Una Carta...


Señor Rolando Jiménez,

Luego de la promulgación de “La ley Zamudio”; después que se vanagloriaron con esta ley, donde el gobierno del señor Piñera lavo la cara empañada en sangre de la derecha y que Movilh se mostrara triunfante ante una migaja escrita que no pretendía más que poner paños húmedos a una situación que lleva años acechándonos y, que además ocuparan la imagen de Daniel como mártir de la comunidad LGTBI ostentando mediante celebraciones que la ley que lleva el apellido de Daniel solucionó nuestros problemas y sería nuestra protección en las calles, trabajos, etcétera; luego de varias discriminaciones en espacios laborales y educacionales,  de varios ataques homo-lesbo-transfóbicos sufridos por diferentes personas no-heterosexuales donde sus agresores gozan la impunidad o de penas ridículamente ínfimas ante la magnitud del delito; después que el pasado 6 de abril  falleciera Wladimir Sepúlveda luego de 6 meses de agonía producto de una golpiza causada por la homofobia y que el único agresor identificado tenga como pena reclusión nocturna en su domicilio… ¿Quiere(n) hacer una reforma a una ley que no nos ha garantizado nada y a la cual han recurrido el señor Ezzati, que se ha manifestado en contra de las demandas del movimiento, e incluso los mismos neo-nazis que asesinaron a Daniel? ¿No le(s) fue suficiente ya con este fiasco? ¿Acaso pretende(n) continuar mendigando al gobierno de turno a cambio de calmantes? ¿Hasta cuándo seguirá(n) despolitizando a las masas deseosas de justicia con festejos de nada? ¿Quiere(n) una reforma Wladimir?

 Basta ya de despolitizar un movimiento, de quitarle su carácter crítico al régimen instaurado, de celebrar que nos metan el dedo en la boca, de convertir en mártires a las víctimas, de actuar desde el sensacionalismo que genera una muerte y del oportunismo político al usar su imagen como bandera de lucha.

No queremos más que un organismo histórico como el Movilh continúe sin cuestionar el régimen patriarcal y capitalista que vivimos, que no se piense en nuestras condiciones laborales y educacionales y sí en el AVP. No señor, queremos un movimiento crítico al modelo educacional, que dé cuenta de las precariedades que vivimos en los espacios de trabajo y la negación a este, la deserción escolar de las personas no-heterosexuales, al rol de la Iglesia en nuestra sociedad supuestamente laica, de la  violencia del patriarcado que se reproduce incluso en lo que se le denomina diversidad sexual. Nos debemos un movimiento social crítico, en el cual las bases podamos formar parte cuestionando las lógicas actuales y a sus dirigencias, no queremos un movimiento que sirva a nuestros opresores sino uno que les interpele y rompa con la opresión.

 

Fer Marikaoz, integrante de ¡A Quemar el Clóset!

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