jueves, 6 de marzo de 2014

Conmemoración de los 2 años del ataque a Daniel Zamudio.


A dos años del ataque a Daniel Zamudio, en Chile, se han producido algunas reformas que intentan responder al problema de la opresión hacia transexuales, gays, lesbianas, en definitiva, a toda la población no-heterosexual. Este panorama debería ser más alentador, pero frente a garantías que nos dan como grupo social al cual el Estado y los gobiernos deben responder, avanzan en política aquellos grupos que nos rechazan como parte de la sociedad. Por ejemplo en Uganda, se firma una ley que penaliza a cadena perpetua ser homosexual, así como también se penaliza a quienes les defiendan, o incluso “callen su homosexualidad”. En Rusia, la avanzada de la homolesbotransfobia, ya alcanza el nivel de Estado, es así que nuevas formas en que la homofobia se instituye en el Estado, son contradictorias frente a un escenario internacional que pareciera dar mayores garantías democráticas hacia las personas no-heterosexuales. Es que es tan político, en el momento en que pensamos que en Chile luego de la promulgación de la ley antidiscriminación, “Ley Zamudio”, que estuvo años secándose en el congreso desde los gobiernos de la concertación y fue utilizada por Piñera para legitimarse ante la indignación popular, los casos iban a disminuir, pero sucedió que las denuncias al hacerse más visibles, mostraron nuevxs Zamudixs: golpeadss, asesinadxs, discriminadxs. Un chico de San Francisco de Mostazal pierde su pierna a propósito de una golpiza, Brandon muere en un confuso incidente, Esteban Parada también es asesinado. En las calles los defensores de la “vida” y el “amor” de Dios, en una ofensiva de propaganda “Vuélvete a Cristo”, se oponen al proyecto de vida en pareja y en contra del aborto: son los mismos que defienden “la vida”, quienes agitan y legitiman ideas de odio, los mismos que permiten una vida precaria para algunos y otra llena de privilegios para otros. Frente a este escenario dinámico, fuimos testigos del emerger de una juventud que se levantó sin miedo en los liceos, en las universidades contra la homofobia, y contra el machismo, como parte también de este proceso, llegamos a la síntesis que frente a esta marginación, frente a esta violencia, no podemos seguir siendo víctimas y montar carnavales para hacernos ver más amigables, llegamos a la síntesis de que es hora de pasar a esa ofensiva, contra el machismo, contra la homolesbotransfobia, contra la explotación, la precarización, que la lucha de lxs oprimidxs y lxs explotadxs sea una sola lucha.


Hoy, recordar el ataque a Zamudio no es recordar con miedo un ataque, es recordar todos los ataques de la historia, es recordar a las primas calcinadas en la discoteque Divine de Valparaíso, es recordar los fichajes policiales que hacía la concertación en los años 90’s, es recordar los tiempos de higienización social del paco Ibañez y González Videla, es recordar a las primas que se las comían perros hambrientos en dictadura, es recordar a las primas enviadas en barcos hacia el nunca jamás, es recordar la caricatura que hizo de nosotros incluso la Unidad Popular. Desde el día del ataque a Zamudio, hasta el día de su muerte, debemos transformarlo en una jornada de lucha, en una jornada de protesta, de levantarnos contra la homofobia, contra el patriarcado, contra el capitalismo y todo este sistema que mantiene un régimen opresivo hacia nuestra diferencia, como trabajadorxs, como estudiantes, como probladorxs no-heterosexuales.


En la conmemoración del ataque a Zamudio también recordamos que en el gobierno de la Nueva Mayoría solo se estudiará la posibilidad y la viabilidad de un posible proyecto de matrimonio igualitario, sabemos que su preocupación es superficial al igual que con las mujeres: ¿tendrán acaso acceso al aborto?, al igual que con lxs trabajadorxs ¿acabará el subcontrato?, ¿acabará la precarización laboral?, ¿acabará la explotación?, ¿podrán ir nustrxs compañerxs transexuales, travestis, trabajar sin que en los lugares de trabajo se les obligue a vestirse según lo que dicta su sexo en el carnet?: sabemos que no.

 

Recordamos en esta conmemoración que nuestra lucha es contra este sistema que no permite que tengamos dignidad cotidiana. Porque no hay revolución socialista sin revolución sexual.

 

"Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres". Rosa Luxemburgo.

 

A quemar el Clóset

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