Cuestión de peso: Ser una gorda en Chile

Gorda Hermosa.

En este contexto de verano sabrosón, sol, plasha y calorsh; se apega otro concepto que también toma gran importancia en época estival, me refiero a la cuerpa. Y es que estamos plagados de imágenes perfectas o como diría el Yerko Puchento, “apolíneas”, que los medios plagan a través de la publicidad o de la tele, la farándula, la Vale Roth, y la veterana reina de belleza Chehci Bolocco, por nombrar algunas cosas; porque claro la cuerpa en estos tiempos ha pasado de ser un templo o un símbolo de arte, a tan solo una cosa de mercado.
Haciendo mención a lo anterior, me acordaba cuando salió el video de  Eugenia Lemos gritándole a Luli “gorda Lechona, ándate a comerte los postres gorda”, por más que veía ese video, me preguntaba… ¿Dónde mierda la Luli esta gorda? A esa mujer la han atacado por su cuerpo, su peso en cuanto programa de farándula, la tildaron casi de mórbida, llevándola a seguir dietas muy estrictas, de esas que te recontra cagas de hambre. Las mismas apolíneas mujeres y supuestos guapitos hombres que por lo demás, si tienen el permiso de la sociedad y ahora del mercado para ser unos hombres guatoncitos parrilleros; fueron el detonante de esta situación, lucrando incluso con la inseguridad que ellos mismos habían provocado.
Y es así como todas las gorditas que nos gusta ir a la playa a disfrutar del mar y de ese verano
sabroso, no lo hacemos, porque estamos en un país donde la gordura en el cuerpo, se ve como: una enfermedad; que te va a venir esto, que la diabetes, que el corazón, qué tanta weá te va a dar si eres una gorda, la excusa de lo insano para meterse en tu comida. Ahí empiezan a salir los productos para bajar de peso, el gimnasio, las pastillas y el doctor que te manda al
nutricionista para que te diga chancha culiá cierra la tarasca o simplemente te corchetean el
estómago para ser flaca y así todo el mundo te quiera.

Un atentado a la moral visual: Claro, es cosa de ver en las playas chilenas como van las gorditas a bañarse al mar, y si es que lo hacen, van tapaditas con su poleras o con short, gorditas generalmente joviales que por la mirada de esta hipócrita y capitalizada sociedad, tienen que cubrirse. Porque en chile no existe la talla XL o XXL, siendo que es un país con altos índices de obesidad mórbida, aun así el mercado a través de los cánones de belleza que impone el capitalismo, vende ropa tan solo hasta la talla L, y si es que existe, para que hablar de los trajes de baño. Hubo un tiempo que salió una línea de ropa XL para la mujer, pero era otra bazofia más, pues era una línea que no se ajustaba a las tendencias de jóvenes adolescentes o veinteañeras XL, pues la ropa no iba acorde a su edad, porque existe la cosmovisión de la púber, adolescente o veinteañera con el cuerpo de la Twiggy.
Un atributo exclusivo para el hombre: sí po… hay que decirlo, en un país patriarcal y falo fanático, es una obviedad de que la gordura también es machista, porque siempre muestran a las flacuchentas de la cerveza o de cualquier weá, como dijo en algún momento Jorge González… “la propaganda del celular con la mina con el poto al aire” pero ese poto no es el poto celulítico con estrías y grande, si no el de una flacucha photoshopeada.
Sin embargo si observamos cómo el mercado manipula la imagen masculina, lo deja tal como está, salvo en algunos casos como en la publicidad de ropa interior donde sale Pato Laguna luciendo un boxer que le aprieta el miembro. Pero el caso es simple, el cuerpo del hombre común chilensis no es tocado por el Photoshop o por los prejuicios y mucho menos por cánones impuestos por el capital, todo lo contrario, lo “higienizan” y lo dejan a la altura de un típico chileno, al contrario de la mujer, que es la que sufre con el estigma impuesto de estos cánones, siendo discriminada en todo ámbito, especialmente en lo laboral, soportando las burlas y la supuesta preocupación de una sociedad que dejó de valorar su propio cuerpo como tal.

A pesar de esto, existen pequeños esfuerzos por voltear esta situación a un escenario más favorable, pero son iniciativas que buscan convertir a ese gordo o gorda en lo que todos quieren; programas que muestran el proceso de perder kilos gracias a una operación ofrecida por un medio, eso de la cirugía de cuerpo y alma, pero sin embargo… ¿porqué adaptar la cuerpa a la visión del capital? moldear el cuerpo por un tema de autoestima, de salud mental, es una mentira. Modelamos el cuerpo en pos de la última moda, en pos incluso del amor superficial, del verano culiao que te hace sacarte un poco mas de ropa y mostrar lo que nadie quiere ver, porque claro, somos los yaguar de latinoamérica y aquí no hay ni cholos ni fletos ni mucho menos mujeres gordas, mostramos como imagen de Chile en el extranjero a una modeloca que se caga de hambre por mantener la figura de una supuesta “mujer chilena”, siendo que la señora juanita es rellenita y bajita.
Ya basta de cinismo, y basta del modelo ideal, que el cuerpo se libere y se ame tal cual como es, amorfo, sin definición y que de una vez por todas cortemos el lazo capitalista de canon a seguir, porque somos un país mestizo, de gente bajita y pachoncita, hermosa como sea. Y si un tonto grave tiene problema con lxs gordxs, puede irse a la misma mierda, u operarse o seguir dieta o lo que sea, yo por mi parte después de escribir esto, me comeré todos los postres, porque puta que tengo hambre.

Ely.