Nuestro 8 de marzo
Actualmente el “8 de Marzo” es reconocido como el Día
Internacional de la Mujer y se les celebra a todas las mujeres su “femineidad”,
promoviendo así mediante los medios de comunicación la imagen tradicional de
mujer que nos vende el capitalismo y nos dicta el patriarcado. Pero esta fecha
consigna el “Día de la Mujer Trabajadora”, un día de lucha y no un día para
celebrar los estereotipos de género impuestos. Si bien son varias las historias
del “por qué” de la fecha y de cuál fue el hito detonante; todas concuerdan con
el carácter obrerista de la fecha.
En
los últimos años, en Chile, los movimientos sociales han puesto en la palestra
una variedad de problemáticas sociales que se relacionan entre sí y han dado
una constante lucha por conseguir nuestros derechos.
Junto
a este 8 de marzo, nos encontramos a del cambio de mando presidencial donde
asume el poder Michelle Bachelet junto sus socios de la “Nueva Mayoría”;
podemos apreciar que en el discurso del gobierno electo se ha tendido a
flexibilizar sus posturas conservadoras en nombre de la “evolución”,
respondiendo a la presión de los movimientos sociales con demandas migajas
(como el aborto terapéutico y el AVP) en
vez de las demandas democráticas puestas sobre la mesa que realmente exigimos
(aborto libre y gratuito, matrimonio igualitario, educación gratuita, etc.),
intentando así poner paños fríos a la lucha. A la vez de que nos ofrecen estos
premios de consuelo, el nuevo gobierno se disfraza de feminismo utilizando la
maternal imagen de Bachelet y designando rostros políticos femeninos apostando
empatizar con los movimientos sociales, la ciudadanía y a la vez quedar bien con
el empresariado, o sea ocupando una máscara de conciencia social y sirviendo
los intereses de los poderosos. Este 8 de marzo el oficialismo en general le
dará la bienvenida a Bachelet y aplaudirán una vez más lo poco y nada que se ha
hecho en más de 20 años. La imagen femenina en sí no nos garantiza la abolición
del patriarcado, ni que sea un avance en la luchas del feminismo. Una mujer que
gobierna en servicio de la burguesía no es diferente a que gobierne un hombre,
se seguirá reproduciendo las injusticias y precariedades de un sistema que nos
quiere dóciles, explotándonos y oprimiéndonos a beneficio de quienes
poseen el poder. Reivindicamos el
carácter de clase del 8 de Marzo; porque creemos que lxs trabajadorxs trans
femeninas, trans masculinos, mujeres, lesbianas, homosexuales y el pueblo
oprimido y explotado en general somos quienes vamos dar la lucha contra este
sistema capitalista patriarcal y así
conseguir nuestros derechos y transformar esta sociedad.
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