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Declaración 1º de Mayo
Para el día de la clase obrera, como ¡A Quemar el Clóset! reivindicamos nuestra política pro-obrera, clasista y feminista. Encontramos necesario salir a marchar todxs juntxs, luchando codo a codo lxs explotadxs y oprimidxs, ya que la unión de los sectores en desventaja nos dará la fuerza para hacer un cambio real, para abolir el capitalismo y el patriarcado que nos mantiene viviendo miserias.
Damos cuenta que como trabajadorxs, no-heterosexuales y/o mujeres vivimos ante una situación de doble o triple explotación. Donde se vulnera nuestra dignidad como personas en nuestros trabajos; al recibir un salario inferior por ser mujeres, al negarnos nuestra identidad de género por ser personas trans impidiéndonos laborar con un aspecto físico acorde al género al cual nos podamos sentir identificadxs. Dejándonos así como únicas opciones el ejercer la prostitución u optar por trabajos en los cuales no podamos ser vistos, como los call center, trabajo enajenante donde la mayoría de sus trabajadores son lesbianas, trans y homosexuales.
La mayoría de lxs no-heterosexuales, no pertenecemos a la elite burguesa, por lo que no gozamos de privilegios de clase. Somos mujeres, lesbianas, trans, homosexuales, trabajadores y estudiantes, luchando contra la patronal independientemente del género y la sexualidad del/la empresarix.
Este 1º de Mayo salimos a la calle a luchar por una ley de identidad de género, por salarios dignos, para decirle no al proyecto sala de cuna de Piñera, por abolir el patriarcado y la dinámica de explotador y explotado.
Les esperamos a las 9.30 en matucana con alameda!
¡Sin revolución sexual no hay revolución social!
¡A Quemar el Clóset!
Convocatoria: La Otrx Marcha, Te veo en la calle corazón. (Mayo 2013)

Para este 11 de Mayo, día internacional contra la homo-lesbo-transfobia, fecha en que se conmemora la despatologización de la homosexualidad por parte de la Organización Mundial de la Salud, hacemos un llamado a marchar en un gesto de protesta. Creemos urgente poner sobre la mesa que, con el cambio de estatuto psiquiátrico de la homosexualidad, se marca un hito que hoy es insuficiente; pues el “reconocimiento” de la institución psiquiátrica a un sector sólo ha servido para postergar a otrxs sujetos no-heterosexuales, quienes todavía son catalogados bajo los parámetros de la “enfermedad mental”.
La actual coyuntura política en la que nos encontramos obliga a relacionar este hecho con un conjunto mayor: las insuficiencias de la Ley Antidiscriminación, los rebrotes de violencia física de grupos de ultraderecha y la ofensiva legal de la UDI por restringir (aún más) las definiciones de familia, entre otros. En este contexto, una Ley de Identidad de Género aparece como una demanda ineludible para asegurar condiciones mínimas de dignidad para la lucha. Sin el derecho a vivir según el género con el cual nos sintamos identificadxs, la abolición de la violencia heterosexista y patriarcal aparece, en el mejor de los casos, como un objetivo difícil de alcanzar; en el peor de ellos, como una mera declaración de buenas intenciones.
Creemos, además, que las reivindicaciones pertinentes a este momento van mucho más allá de las modificaciones legales. A pesar de lo que puedan alegar otras organizaciones las cuales parecen sólo dispuestas a poner sobre la mesa la violencia física y simbólica contra sujetos no-heterosexuales y la ya antiquísima consigna sobre el derecho a amar, la violencia sigue presente. Y lo peor, en muchos casos con más agresividad y mayor poder hacia quienes los medios han invisibilizado por no asemejarse a la blanqueada figura de Daniel Zamudio.
Igualmente, el año electoral nos pondrá, de seguro, frente a las figuras de quienes buscan blanquear sus nombres y ganar puntos sólo por el hecho de posar en la foto o hacer un discurso en el escenario de tal o cual marcha. En esto, hay que decirlo, las organizaciones institucionalizadas de la “diversidad” tienen una cuota de responsabilidad, haciéndonos creer que ostentan la representación de un colectivo uniforme y sin conflictos. Como CODiSEX (Coordinadora de Organizaciones Di—Sexuales) hacemos un llamado a marchar reivindicando nuestra diferencia y nuestra autonomía de los bloques políticos dominantes que mantienen la sociedad opresiva e injusta en la que vivimos. Será nuestra solidaridad disidente con todxs lxs dominadxs la que nos permitirá luchar por la abolición de la violencia que, en conjunto, experimentamos.
Porque, ¡sin revolución social, no habrá revolución sexual!
Te veo en la calle, corazón...
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