jueves, 5 de diciembre de 2013

Reflexiones sobre el aborto a partir del “Caso Belén”

Este repaso sobre el caso Belén tiene  como propósito responder algunas preguntas que han surgido en torno al debate, como objetivo principal dar cuenta de la necesidad del derecho al aborto legal y gratuito, y destacar que conseguir el derecho al aborto legal y gratuito no es el fin de la lucha por la emancipación de los cuerpos, sino una solución momentánea ante las agresiones del patriarcado.

En Chile el aborto fue prohibido en todas sus formas, en todos sus casos, hace aproximadamente 24 años, en los últimos meses de la dictadura de Pinochet.

El 2012 el Senado rechazó tres iniciativas que avanzaban a favor del aborto, y que proponían la despenalización en casos de violación, riesgo en la salud de la madre e inviabilidad de vida del feto.

Descripción “Caso Belén”:

Belén (nombre ficticio) es una niña de 11 años que cursa quinto básico y reside en el sur de Chile. Belén ha quedado embarazada producto de alguna de las reiteradas violaciones de su padrastro. El drama comienza cuando la menor manifiesta tener dolores en su vientre, por lo que es llevada al médico por su abuela y se le informa que la niña tiene un embarazo de 14 semanas. En un principio Belén dice haber tenido un acercamiento con un compañero de curso, él cual dice que fue sólo un beso, para luego confesar los varios abusos sexuales que sufrió por parte de su padrastro; la causa de que la menor evitase delatar al padrastro puede deberse a diversos factores, pero que acá no analizaremos minuciosamente. Después de que la abuela denunciara el hecho, el agresor de 32 años confiesa haber abusado de la hija de su pareja, por lo cual fue detenido y actualmente se encuentra en prisión preventiva durante 60 días mientras se realiza la investigación.

Para sorpresa de los medios, Pamela, la madre de Belén, asegura que acá no se trata de un caso de violación sino de relaciones sexuales con consentimiento mutuo, que su hija sabía lo que hacía y que era una injusticia lo que se estaba haciendo contra su pareja. La niña, ante las declaraciones de su madre, afirma amarla pero que se vaya el padrastro.

Una de las últimas declaraciones de Belén fue “Va a ser como una muñeca que voy a tener en mis brazos. La voy a querer mucho aunque sea de ese hombre que me hizo daño, igual no más la voy a querer”

Este caso ha levantado nuevamente el debate sobre el aborto a nivel país, generando los pronunciamientos de distintos actores, mencionaré algunas de estas declaraciones que me parecen más pertinentes para desarrollar mi propósito.

El presidente Piñera declara en forma de alabanza que Belén es una niña muy madura por “decidir” querer tener en sus brazos al feto que se gesta en su vientre y amarlo, además el mandatario añade que se harán cargo de las necesidades de Belén y de su bebé. Y  al igual que Piñera, Gonelle dice que la niña "ha dejado entrever una madurez sorprendente, declaró que quiere a su bebé, quiere recibirlo con amor, a pesar de reconocer el daño que su padrastro le hizo". De acá surge la pregunta:

¿Es decisión de Belén querer ser madre?

Quiero dar cuenta que la idea o la creencia de que las palabras que salieron de la boca de esta niña correspondan a una libre elección es una falacia en la que se basan algunas posturas antiabortistas bajo el argumento de una escala de valores universales establecidas que incluyen “el amor maternal” como característica natural y esencial de la mujer, por otro lado esta idea de libre elección corresponde a un romanticismo ciego hacia la idea de libertad por partes de quienes han olvidado cómo funciona el orden social.

No me referiré si la niña tiene o no discernimiento para poder “elegir”, ya que es dudosa la efectividad de un examen que verifique si alguien tiene o no discernimiento y que al parecer según a juico de la ley se adquiere a determinada edad. Tampoco haré énfasis en que su “elección”, fue la elección de su madre o de algún otro mayor de edad cercano a ella, porque si fuera así, esa elección, esa idea de dar a luz a cualquier organismo que se esté desarrollando  en el vientre de la hembra, la idea de que la mujer “presta el cuerpo” a la sociedad para entregarle más habitantes, es proveniente de una ideología, de un sistema.

Estamos insertas/os en una sociedad dominada por las normas del patriarcado y el capitalismo, donde crecemos aprendiendo que existe únicamente dos formas de personas; el hombre dotado de superioridad por gracia divina, el más fuerte, el jefe del hogar, el semental, y miles de etcéteras que debe cumplir o sino su condición de hombre puede verse quebrantada ante los ojos de la sociedad y por ende su virilidad castrada, lo que significa en que se convierte en el sexo débil; la mujer, condenada a satisfacer los deseos básicos del macho y cumplir sus caprichos, la que alguna divinidad escribió en su útero que debe parir hasta morir y moldear a las crías a semejanza de los roles de sus progenitores. Y así se repite constantemente en la familia, en la crianza, formas que determinan a la persona cómo debe ser y actuar.

Pero no vengo yo a explicar el origen del patriarcado, su beneficiosa relación con el capitalismo y  a la Iglesia en general, sino a recordar que toda esta macro estructura social repercute en las relaciones micro y hasta en nuestros más limitados grados de libertad, y esto lo vemos reproducido en el “caso de Belén”. Acá la madre defiende a su pareja de la peligrosa seducción que irradia Belén, al decir que fue con consentimiento mutuo, que Belén sabía de estas cosas, le otorga la responsabilidad escrita en la biblia de ser el objeto culpable del deseo del pobre hombre que no pudo resistir tocar su cuerpo infantil, es Belén a ojos de la madre una Eva lujuriosa; Belén por su parte, dice desear  dar a luz a la criatura, abrazarla y quererla como si fuera una muñeca. Ante esa declaración, queda explícita la imposición de juego de roles, a la niña se le enseña que su meta fundamental es la de ser madre donde practica toda su niñez con juguetes que emulan a un bebé; pero Belén tendrá el juguete perfecto, un bebé de carne humana y no a “Pincho” ni al “pipo gestitos” ni un cachorro, no, ella podrá cumplir con el naturalizado “labor de madre”, lo cual es aplaudido, se le alaba a Belén que a su corta edad ya esté lo suficientemente adoctrinada para querer ser madre, se aplaude que se haya podido insertar tan joven lo que algunos llaman “instinto materno”, esa es la “madurez” que felicitan Piñera y Gonelle, se felicita el que haya aprobado el curso de domesticación de la mujer tan temprano, se muestran alegres de que los instrumentos de dominación funcionen.  Entonces, ¿fue su decisión? Ciertamente no, fue educada, más bien adoctrinada, por normas sociales.

A continuación trataré de responder a dos preguntas; ¿Por qué es necesario el aborto? Y ¿Es el aborto una solución final?

El aborto en cualquiera de sus formas constituye una situación de emergencia, situación en la cual por “x” factor la mujer se encuentra con la necesidad de interrumpir el embarazo, no se aborta porque es bonito. Pero, ¿por qué se dan estas situaciones de emergencia donde la mujer  nacida como hembra debe abortar? Algunos de los factores más comunes que dan origen a un embarazo no deseado son; inviabilidad de vida del feto, riesgo de salud para la mujer, ser víctima de abuso sexual, mal uso de anticonceptivos y/o usar un método anticonceptivo no adecuado para su cuerpo, poco o nulo acceso a métodos anticonceptivos, no tener los medios para críar, simplemente no querer tener crías, etc. Por esos factores y otros se puede originar el deseo de abortar, a lo que se le suman complicaciones previas como por ejemplo el no poseer las condiciones socio-económicas que permitan mantener un bebé, el miedo al juicio social que la castigará por tener relaciones sexuales, y varios etcéteras más.

Ahora debemos tener claro que estos factores y/o razones no son una arbitrariedad surgida de la subjetividad de cada mujer, sino que provienen de las mismas raíces. Lo más cercanos productores de estos factores son el socioeconómico ligado íntimamente con las condiciones laborales que vive la mujer trabajadora, junto a los actuales sistemas de educación y salud.

Desde el supuesto regreso a la democracia se implementaron ciertas normativas para prevenir los embarazos no deseados; estas son charlas en colegios, charlas que consisten en una clase más de biología o en una visita de una trabajadora del consultorio local que enseña tener miedo al sexo, enseñando sobre ETS mientras implícitamente te dicen “si tienes sexo te puedes contagiar”, esa es la educación sexual que se imparte actualmente, campañas de miedo contra las consecuencias del sexo. Aunque en los últimos años se le ha agregado a la campaña de miedo los nombres de algunos profilácticos y métodos anticonceptivos, estas escuálidas clases de sexualidad son aún más empobrecidas ya que sus contenidos son filtrados según el criterio y los intereses de los sostenedores de los colegios, criterios regidos en varios casos por ideologías religiosas y por intereses económicos. Mientras sigamos sólo con una clase de biología y no tengamos acceso a una educación sexual que sea capaz de ser crítica y reflexiva sobre la construcción de roles,  que toque el ámbito afectivo, que enseñe formas seguras y gratas para tener sexo, que abarque toda la diversidad y diferencias en torno al sexo; seguiremos siendo ignorantes en ámbito del placer, reproduciremos creencias erróneas de dominación del macho sobre la hembra (lo que explica las violaciones, la insatisfacción sexual de la mujer por el egoísmo del hombre, la violencia doméstica, los femicidios yel machismo en general), desconoceremos las distintas formas de la vida sexual, etcétera para luego enfrentarnos a una pluralidad que nos revela una realidad distinta.

Actualmente el servicio de salud pública está apto para suministrar la píldora del día después a menores de 14 años, significando esto que el público que puede acceder a la píldora se encuentra disminuido a menores que han iniciado una vida sexual “temprana” o que han sufrido de abuso sexual, excluyendo a todas las otras mujeres que se vean en la necesidad de recurrir a ella. Se debe mencionar la orgánica de los consultorios, sin referirme en totalidad a la precariedad en muchos sentidos de la salud pública, las consultas médicas específicamente relacionadas a estos temas son de corta duración, no se logra encontrar un método anticonceptivo apto para el cuerpo de la mujer que consulta, por lo que muchas veces se les ofrece métodos ineficientes para la anti concepción. No está demás mencionar el mal trato y la hostigamiento que reciben las mujeres cuando llegan de urgencia al servicio de salud se encuentra por un aborto mal ejecutado.

A los déficits de los sistemas mencionados se le suma un eje central, la vida laboral de la mujer. En Chile las condiciones de trabajo resultan precarias; la crianza actualmente es una cuestión exclusiva de la madre; por lo que resulta inviable combinar las extensas horas de trabajo a las horas de crianza, y aunque se han implementado normativas laborales donde la mujer tiene derecho a optar por un post natal de 6 meses, no se ha logrado crear un espacio de maternidad protegida, ya que en la práctica la mujer es despedida al terminar su post natal con un pretexto cualquiera, a esto se le suman iniciativas como “el proyecto sala de cunas” donde es la trabajadora la que pondrá parte de su sueldo y no la empresa para mantener la sala de cuna. Entonces, el Estado obliga a parir pero no se hace responsable de la maternidad.

Éstos son sólo algunos datos del mal funcionamiento de estos sistemas; por ende si carecemos de educación sexual, lo que nos otorga la salud pública es insuficiente, si tenemos una situación laboral precaria y vivimos en un sistema regido por un orden patriarcal, es inevitable existiendo o no el aborto que sigan habiendo embarazos no deseados. No entendamos “embarazo deseado” solamente en lo literal, entendámoslo como del machismo y la leyes morales de un sistema que funciona para unos pocos.

Entonces es lógica la necesidad del  poder tener un aborto que sea legal; para que la mujer no sea criminalizada  por recurrir al aborto por situaciones que ha creado el sistema en el que estamos inmersos; gratuito, seguro y garantizado por el Estado, por la sencilla razón de que las mujeres de una situación socio-económica baja no pueden acceder a los privilegios de clase de las mujeres que pueden pagar un viaje al extranjero para realizar el procedimiento o pagar un aborto en una de esas casas que se disfrazan de clínicas de papel, porque las condiciones de trabajo impiden la crianza, es decir para no continuar avalando las brechas de clases sociales, para que todas las mujeres puedan tener acceso por igual a realizarse un aborto seguro.

Pero la solución final no será únicamente conseguir el legítimo derecho al aborto, sino que será la de una transformación radical de la sociedad; erradicando la influencia de creencias religiosas y los intereses económicos de los sostenedores de las escuelas, teniendo un sistema de salud y educación público gratuito y de calidad. La solución será con la abolición del patriarcado y su origen material, la sociedad de clases; quitándole al Estado el poder que ejerce sobre nuestros cuerpos y la abolición propiedad privada, con el fin de que no haya forma que el cuerpo sirva como reproductor de mano de obra para continuar con la dinámica de explotación del humano por el humano, acabando con sus mecanismos de control que nos oprimen; como es la imposición de los roles en los que la mujer es madre, cría sola a sus hijos y es dueña de hogar por naturaleza; y acabando con toda maquinaria económica que sostenga al patriarcado.

Fer Marikaoz 
Militante de ¡A Quemar el Clóset!

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