jueves, 5 de diciembre de 2013

La iglesia y el estado: Los dichos de la señora Matthei y la favorita Bachelet.Por Kathalina Friedman, Trans, militante PTR

Hace unos días Matthei -quien prefiere hacerse llamar Evelyn en este proceso eleccionario- dijo que no haría nada que la biblia no dijese o avalara, dándole así respuesta a sus tan acérrimos electores, los predicadores evangélicos; prometió que si llega a la Moneda en su gobierno "no se hará nada que vaya en contra de lo que la Biblia señala", así no tocaría el sagrado matrimonio -que debe ser entre un hombre y una mujer-, mientras que decidiría por todxs las mujeres -anulando la posibilidad del derecho al aborto-. Vemos claramente como la derecha sigue forjando la unión de la iglesia y el Estado; no hay decisiones que se tomen bajo conciencia de la realidad que viven lxs trabajadorxs, estudiantes, lxs no-heterosexuales, ni el pueblo pobre; seguimos viviendo bajo una dictadura que ve las problemáticas de la clase más acomodada. O sea, prefieren velar por no tocar aquel sagrado libro que lo escribieron hombres antiguos conservadores y que sigan muriendo mujeres por hacerse abortos clandestinos, por no tener los recursos necesarios para tenerlo o porque no es la ocasión de hacerlo. La decisión es de cada una de ellas, ¿por qué alguien tiene que tomar la decisión por ti? o ¿por qué lxs no-heterosexuales son tan mal vistos si son personas igual que cualquier heterosexual?, nos niegan el derecho a amar y tener los mismos privilegios que tienen las personas heterosexuales, no podemos casarnos solo porque dañamos la moral y las buenas costumbres de la burguesía, porque nos salimos de los cánones impuestos de esta sociedad machista y heteronormada, todo esto avalado por la unificación de la iglesia y el Estado, o sea, tenemos que seguir en la miseria por lo que la biblia dice es malo. ¿Cómo puede ser tan malo para ellxs que personas como cualquiera no tengan el derecho a vivir en paz? y en cambio sean golpeadxs, asesinadxs, escupidxs todos los días porque ni siquiera pueden estudiar o trabajar tranquilxs porque el sistema capitalista ha forjado una sociedad homofóbica y machista. Por otro lado Bachelet -la ganadora en estas elecciones- no se queda atrás, trata de hacer un consenso con los mismos evangélicos como si lo que pidiésemos fueran cosas malas, no pedimos nada más que derechos para poder tener un lugar en esta sociedad ¡hasta cuando tenemos que soportar estos dichos como si estuviésemos obligados a sufrir discriminación y cárcel por tomar decisiones que no debiesen ser un problema!, mientras que por otro lado en principio nos iban a dar todo... ahora se replantean para ganar más votos en esta segunda vuelta. Se ponen de acuerdo las candidatas, ellas prometen a las mujeres como también a lxs no-heterosexuales; Matthei nos juzga y Bachelet nos deja por el suelo prometiendo a las iglesias que lo que les interesa es seguir juzgándonos para así LIMITAR Y OPRIMIR AL COLECTIVO LGTBI. Así mismo toman decisiones por sobre las mujeres, negándoles el derecho a decidir sobre sus cuerpos; vemos sin máscaras en sus rostros a "las favoritas de la gente" diciéndonos ”nos estamos riéndonos de ustedes en su cara”, antes solo nos mostraban sus miserables bonos y sus promesas maquilladas para que después todo siguiese como está con un poquito más por aquí y por allá, pero las decisiones más importantes sobre cómo vivir sin prejuicios, discriminación, ni poner en riesgo la vida de una mujer por tener que hacerse abortos clandestinos están en sus manos y no harán nada para que esto cambie ¿y seguimos creyendo en ellas? ¡Basta de estas situaciones, no queremos más gobiernos que solo velen por los intereses de los empresarios!, para que no se les acabe la riqueza y que siga habiendo mano de obra barata para que trabajen para ellxs. Bueno... no sé ustedes, pero yo no quiero un gobierno que no me represente y que vea solo los intereses de su clase -la clase más acomodada- mientras nos sigue tirando migajas a nosotrxs quienes realmente somos la mayoría, nosotrxs somos lxs que tenemos que hacer el cambio, lxs trabajadorxs, lxs que hacemos que ellxs se llenen los bolsillos, lxs que nos sacamos la cresta por el sueldo mínimo, lxs que si nos llega otra boca no sabemos cómo alimentarla o los que si nacimos en el frasco equivocado no tenemos el derecho a vivir tranquilos como queramos porque ni siquiera tenemos una ley que nos avale. No creemos ni en la derecha ni en la nueva mayoría, no creemos en ningún partido burgués que solo ve los intereses de los empresarios mientras que el pueblo pobre pide a gritos soluciones concretas.
 ¡Por el derecho al aborto libre, legal, seguro y gratuito; por una ley de identidad de género, que nos permita desenvolvernos libremente como nosotrxs nos sintamos más cómodxs, para darle respuesta a la precarización laboral y la marginación social a la cual somos sometidxs lxs trans; por el matrimonio igualitario y la separación efectiva del Estado y la iglesia!

En esta segunda vuelta... ¡Yo anulo la herencia de la dictadura!

Kathalina Friedman

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